miércoles, 24 de agosto de 2011

Un niño de la cultura clásica: Hércules luchando contra la serpiente







Aquí tenemos al pequeño Hércules -Heracles para los griegos-, luchando con una de las serpientes que le enviara Juno -la Hera griega- para acabar con su vida.







Hace ya bastante tiempo desde que propuse esta pieza, un mármol italiano del siglo XVIII (altura: 60 cm) realizado según un modelo de Ercole Ferrata (1610-1686) que salía a subasta el pasado 8 de julio, y que se adjudicaba en la sede londinense de Sotheby's por 75.060 €.







Heracles era hijo de Alcmena (hija, a su vez, del rey de Micenas) y Zeus, quien se había transformado tomando la apariencia del esposo de ella para poder consumar sus intenciones.








Hera, cansada de las infidelidades de Zeus, al enterarse de este nuevo nacimiento, llevó hasta la cuna del pequeño dos serpientes gigantescas, con la intención de que acabaran con su vida. Sin embargo, el niño, que contaba con tan solo ocho meses de edad, las cogió con sus propias manos, estrangulándolas.


Zeus, por su parte, decidido a que su hijo fuera inmortal, encargó a Hermes que colocara al bebé junto al pecho de Hera para que ésta le diera de mamar sin darse cuenta, mientras dormía. Así ocurrió, pero el niño mordió a la diosa, que se despertó sobresaltada y, apartando al niño de sí, hizo que su leche salpicara el firmamento, surgiendo en ese instante la Vía Láctea, mientras que, de aquellas gotas que había caido en el suelo, nacía la flor del lirio.


Quizá la representación artística más conocida es la que hiciera Rubens, y que hoy se encuentra en el Museo del Prado (derecha). Llevada a cabo entre 1636 y 1637, fue un encargo de Felipe IV para la decoración de la Torre de la Parada, de la que también formarían parte otras obras de asunto mitológico pintadas por este autor.


Bibliografía: FALCÓN MARTÍNEZ, Constantino (et alt.), Diccionario de la mitología clásica, I (A-H), Madrid, Alianza Editorial, 1995, pp. 299-300