jueves, 6 de enero de 2011

¿Una alegoría masculina o un niño portando un atributo de la Pasión?



La semana pasada hablábamos de esta imagen vendida en la sala Bilbao XXI, en octubre de 2003. Allí se catalogaba como una alegoría de la Fortaleza, escuela castellana del XVI, pero planteábamos la posibilidad de que se tratara de otra iconografía, dado que las alegorías son figuras femeninas.

Efectivamente, se mencionaba que quizá fuera un niño portando uno de los atributos de la Pasión de Cristo, como es la columna a la que fue atado Jesús para recibir los latigazos.

Se pueden encontrar, más frecuentemente, ángeles que porten estos elementos (junto a la columna se pueden ver con los clavos, la escalera o la lanza), que caracterizan a esos personajes pasionarios.

Quizá la obra más famosa que se puede mencionar a este respecto sean los ángeles de Gianlorenzo Bernini (realizados en colaboración con otros escultores de gran talento, como Ercole Ferrata o Antonio Raggi), que decoran el puente Sant'Angelo de Roma (imagen izquierda).

Está claro que no es ángel, pero también parece que no es una figura femenina, en cuyo caso sí podría tratarse de la Fortaleza.

En cuanto a la ésta, se trata de una de las Virtudes Cardinales. Son tres las Teologales: Fe, Esperanza y Caridad, y cuatro las Cardinales: Fortaleza, Justicia, Prudencia y Templanza. Sus atributos pueden ser varios y aunque el más habitual es la columna, en ocasiones se representa también con una espada con la que atraviesa un demonio o con los símbolos parlantes de Hércules, la clava y la piel
del león de Nemea.

Una escultura muy hermosa, de Giacomo Serpotta fechada entre 1710 y 1717 y localizada en el Oratorio di San Domenico, de Palermo, nos ofrece una galante dama como representación de esta alegoría (a la derecha).








Fuentes: CARMONA MUELA, Juan, Iconografía básica. Guía básica para estudiantes, Madrid, Itsmo, 1998, pp. 103-104

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