lunes, 23 de noviembre de 2009

Acudir a las fuentes

Aunque no se tenga que hacer una investigación demasiado rigurosa, siempre conviene acudir a las fuentes. En el caso de la iconografía cristiana, hay varias obras de imprescindible consulta.


Por supuesto, lo primero es leer lo que del pasaje concreto nos dice la Biblia. La que yo utilizo es de la Biblioteca de Autores Cristianos:



- NÁCAR, Eloíno y COLUNGA, Alberto, Biblia, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1944 (1ª ed. La más reciente es de 2008)



A mí me gusta especialmente esta versión por las notas que incluyen y que son realmente reveladoras, pues en muchas ocasiones aclaran hábitos hebraicos o expresiones con determinados significados que de otro modo no alcanzaríamos a conocer.



También de esta editorial (hay más, pero a mí me sigue gustando ésta), y muy interesante para ciertos pasajes de la vida de Cristo en los que los Evangelios Canónicos (los de san Marcos, san Mateo, san Lucas y san Juan) no abundan, son los Evangelios Apócrifos. Son éstos una recopilación de textos que, aunque no fueron aceptados por la ortodoxia católica, sirvieron de fuente de inspiración para muchos artistas.



- SANTOS OTERO, Aurelio, Evangelios Apócrifos, Madrid, Biblioteca de Autores, 1999 (10ª ed.)



Hablaremos en un próximo post sobre La leyenda dorada, muy útil no sólo para las vidas de los santos, sino también para pasajes evangélicos.

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