miércoles, 29 de febrero de 2012

Una "Escena mitológica" en Alcalá

Hoy, 29 de febrero, la sala de subastas Alcalá sacará a la venta esta pieza con el número de lote 83. He incluido un recorte de página más amplio de lo habitual, así que no sólo se ve la imagen, sino también la descripción que hace la sala, donde se recoge como "Escena mitológica" de un seguidor de Rubens.
En realidad, la identificación de la imagen resulta bastante clara. Los personajes protagonistas de este mito se presentan con todos sus símbolos parlantes e incluso hay un detalle "animado" que no deja lugar a dudas de la escena que se narra.

Esta vez es fácil, ¡mucho ánimo!

P.D.: Aprovecho este post para agradecerle a mi hermano Pablo la ayuda que me está prestando -teniendo en cuenta el poco tiempo que tengo últimamente- en la recopilación de datos e imágenes para mis entradas relativas a la iconografía clásica. Aunque él no se dedica profesionalmente a la Historia del Arte, como investigador es muy bueno, y está haciendo una gran labor con mucho sentido crítico. Por eso creo que lo justo es que se lo reconozca públicamente.

Imagen: http://www.alcalasubastas.es/

martes, 28 de febrero de 2012

¿Un escritor místico? De momento tendrá que quedarse como tal...

Bien, pues después de haber planteado este reto, mucho me temo que no ha resultado como yo creía y lo único que puedo ofrecer es "lo que no es".
Nada más ver la pieza, pensé que no podía quedarse en una identificación tan peregrina, y me fijé, como creo que le ha pasado a varios de vosotros, en las dos llaves, una dorada y la otra plateada, que hay sobre la mesa. Es cierto que la caracterización del personaje no es exactamente la que suele tener san Pedro, pero resulta muy cercana. Además, estaba segura de ver un nimbo que, ahora mismo, dudo que exista.
Creyendo, por tanto, que se trataba de san Pedro, verle en actitud escribiente me hizo pensar que tal vez era una alusión a sus epístolas, no tan conocidas como las de san Pablo. Y, para mí, pasó a ser una certeza, por eso en un momento llegué a decir que había sido una sorpresa su identificación (no conozco ninguna representación de san Pedro escribiendo las epístolas).
Pero después... Empecé a ver que no podía ser él (ni hay halo de santidad, ni viste como suele vestir él...). Además,me intrigaba el cuadrito del fondo, que como bien dijo Jesús, tenía su relevancia, puesto que nuestro personaje lo señala directamente, e incluso se me pasó por la cabeza la posibilidad de que fuera san Lucas, por su famoso episodio en el que aparece pintando a la Virgen. Sin embargo, tampoco cuadra esa interpretación (él pinta a la Virgen y el cuadro representa a María con el Niño y san Juan Bautista Niño). Estuve buscando por si encontraba algún escritor que se hubiera centrado en esta relación entre los dos primos, pero tampoco he tenido éxito. Finalmente, en cuanto a la inscripción que, para mí, dice "Del Casell", en el lateral del libro, pues tampoco he obtenido ningún resultado.
Así que este reto queda oficialmente sin resolver...

Los dioses del panteón clásico: Atenea

Comenzamos con esta entrada un ciclo dedicado a los principales dioses del panteón clásico para poder después, con más claridad, enteder los mitos que éstos protagonizan. La primera que hemos elegido es Atenea.
Palas Atenea es la diosa griega de la sabiduría, la justicia, la estrategia y las artes, patrona y protectora de Atenas, Esparta y Ática, entre otras ciudades griegas, y diosa de la guerra, pero más en el sentido estratégico, porque siempre prefiere arreglar las disputas de forma pacífica, por eso no lleva armas en tiempos de paz. Si llegado el caso, las necesita, se las pide a Zeus. Es uno de los doce dioses que habitaban el Olimpo, y uno de los principales de la mitología griega. Su equivalente en la mitología romana es Minerva.
Esta diosa inventó un sinfín de herramientas, utensilios y procedimientos como el arado o el rastrillo, la cría de caballos y su doma mediante bridas, el yugo de bueyes, el carro, el barco, la flauta y la trompeta, creó los números y todas las artes femeninas, como la cocina, el tejido y el hilado, y ella misma era diestra en todas ellas. También creó el arte de producir fuego, y algunos animales y plantas como el mochuelo y el olivo. La creencia más extendida es que fue la lechuza, y no el mochuelo, el animal creado por Atenea, pero es éste último el que anida en el olivo (curiosamente, su nombre científico es Athene Noctua, que significa Búho Atenea).
Aunque hay varias versiones, la más extendida cuenta que Atenea es hija de Zeus y su primera esposa, la oceánide Metis. Existía la profecía de que Metis daría hijos más poderosos que Zeus que acabarían destronándole, y para impedirlo, el Padre de los Dioses la devoró, pero Metis ya había engendrado una hija, Atenea, que saldría de la cabeza de Zeus ya adulta y completamente armada tras un hachazo de Hefesto (el Vulcano romano). En muchos otros mitos, Atenea aconseja y ayuda a tantos otros héroes a combatir y derrotar a sus enemigos (Perseo y Medusa, Heracles y el león de Nemea, los pájaros del Estínfalo o la hidra de Lerna...). Muchos dioses, titanes y gigantes se habrían casado con ella, pero Atenea los rechazó a todos y se mantuvo virgen.
Las representaciones de Atenea en el arte la presentan según las características que estableció Fidias en tres estatuas erigidas en la Acrópolis de Atenas: normalmente lleva un casco adornado con grifos, cabezas de cordero o esfinges, alzado en la frente para dejar ver su rostro serio, aunque también puede portarlo en las manos. Suele vestir una larga túnica sin mangas que le cae hasta los pies (el peplo), una larga lanza, la égida o coraza de piel de cabra, el escudo decorado con la cabeza de Medusa (regalo de Perseo, que en ocasiones va sobre la égida en vez de en el escudo), y varios objetos o animales simbólicos consagrados a ella, como la rama de olivo, la serpiente, el mencionado mochuelo y el gallo (en la imagen superior Atenea Partenos, siglo I a.C., copia de Antíocos del original de Fidias del siglo V a.C., Museo Nacional Romano, Palacio Altemps. La imagen central muestra a Atenea contemplativa, hacia 460 a.C., Museo de la Acrópolis, Atenas, y la inferior presenta el Nacimiento de Atenea, armada y surgiendo del cráneo de Zeus, detalle de un ánfora ática entre 550 y 525 a.C. Departamento de antigüedades griegas, romanas y etruscas del Museo del Louvre, París).










Bibliografía: GRAVES, Robert, Los mitos griegos I, Londres, Cassell, 1968, pp. 101-106. Dirección URL: http://es.scribd.com/doc/5313460/Graves-Robert-Los-Mitos-Griegos-I
http://es.wikipedia.org/wiki/Atenea


Imágenes:
http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Athena_Parthenos_Altemps_Inv8622.jpg
http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:ACMA_Ath%C3%A9na_contemplative.jpg
http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Amphora_birth_Athena_Louvre_F32.jpg

sábado, 25 de febrero de 2012

El mito de Aracne: un concurso entre una diosa y una mortal

El mito de Aracne (o Aracné) aparece en La Metamorfosis de Ovidio y en Las Geórgicas de Virgilio (aunque en la obra de Ovidio se habla de Palas, no de Minerva - equivalente en la mitología romana-). El mito según Ovidio cuenta la historia de Aracne, una joven lidia de origen humilde, hija de un tintorero, cuya habilidad para tejer y bordar era conocida en todas partes. Tantas alabanzas recibía por esta habilidad, que llegó a pensar que era mejor que Palas, la diosa de la artesanía.
Cuando esto llegó a oídos de la divinidad, ésta se enfadó y quiso darle una lección. Se presentó ante Aracne disfrazada de anciana, aconsejándola que no ofendiese a los dioses e intentando que se retractase de lo que había dicho, pero la joven no sólo no lo hizo, sino que además retó a Palas (estuviera donde estuviese) a un concurso, para dirimir quién era la mejor. En ese momento, la diosa se quitó el disfraz de anciana, y comenzaron a tejer. Palas creó un tapiz donde representaba a los dioses en todo su esplendor, y su propia victoria ante Poseidón (Neptuno en la mitología romana), mientras que Aracne representó diferentes imágenes de las infidelidades de los dioses metamorfoseados en animales (en la obra de Ovidio se cuentan hasta veintidós) y aunque  Atenea aceptó que la obra de Aracne era perfecta, la elección del motivo la enfureció. Destruyó el tapiz y el telar de la muchacha con su lanzadera y la golpeó en la cabeza. Aracne se dio cuenta entonces de lo que había hecho, y se avergonzó tanto que intentó ahorcarse en una viga del taller; pero estando así colgada, Atenea se apiadó, aflojando el nudo para convertirlo en una telaraña y transformando a Aracne en araña, maldiciéndola a ella y a su descendencia a colgar de aquella manera y a tejer hilos hasta el fin de los tiempos.
En el arte, el mito se representa en el momento del concurso entre Aracne y la diosa Atenea; en la imagen suelen aparecer las dos mujeres sentadas delante de sendos telares, cada una tejiendo su tapiz, y rodeadas por otras féminas. En la imagen superior (La fábula de Aracne o Las Hilanderas, de Diego Velázquez, hacia 1657. Museo del Prado), Velázquez enlaza el mito de Aracne con el rapto de Europa, ya que la imagen en segundo plano del cuadro muestra este mito en el tapiz tejido por Aracne. En primer plano, muestra a Atenea disfrazada a la izquierda y Aracne tejiendo, de espaldas al espectador, a la derecha. La imagen central (Alegoría del mes de marzo: El triunfo de Atenea, de Francesco del Cossa, hacia 1470, en la Sala de los Meses del Palacio Schifanoia, Ferrara) también presenta el momento del duelo. En otras representaciones aparece sólo Aracne tejiendo una tela de araña, aludiendo a la transformación que ya se está produciendo (como en la imagen inferior: Aracne o la dialéctica, de Veronés, 1520. Palacio Ducal de Venecia)



Bibliografía: OVIDIO NASÓN, Publio, La Metamorfosis - Libro sexto, Alicante, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2002. Dirección URL: http://cervantesvirtual.com/obra/metamorfosis--0/
http://es.wikipedia.org/wiki/Aracne
Imágenes:
http://www.museodelprado.es/coleccion/galeria-on-line/galeria-on-line/zoom/2/obra/la-fabula-de-aracne-o-las-hilanderas/oimg/0/
http://en.wikipedia.org/wiki/File:Veronese,_Paolo_-_Arachne_or_Dialectics_-_1520.jpg
http://www.artelista.com/ypobra.php?o=1966

sábado, 18 de febrero de 2012

Nueva escena del Antiguo Testamento: El paso del Mar Rojo

Aquí tenemos la solución de nuestro penúltimo reto: se trata del Paso del Mar Rojo, pintura de J. H. Hurres subastada en Sotheby's en diciembre de 2004.

La Biblia nos cuenta,en el capítulo 14 del Éxodo, que, después de las diez plagas que atormentaron al pueblo egipcio, y de las que se salvaron los hebreos, el faraón les permite salir de su tierra y se encaminan hacia el Sinaí siguiendo a Moisés. Éste escucha las palabras de Yavé: "Yo endureceré el corazón del faraón y él os perseguirá, pero yo haré brillar mi gloria en el faraón y en todo su ejército, y sabrán los egipcios que yo soy Yavé". Así ocurrió, pues el gobernante empezó a pensar que ya no podrían contar con los servicios que los israelitas les prestaba, decidiendo entonces salir en su busca y dándoles alcance en el lugar donde acampaban, cerca del Mar Rojo.

Siguiendo las indicaciones divinas y ante el pánico de su pueblo, Moisés, alza su cayado y tiende su brazo sobre el mar, que se separa en dos mitades, permitiendo así que pasen para volver a cerrarse justo en el momento en que los egipcios cruzan detrás de ellos, después de que Moisés volviera a extender su brazo sobre las aguas.

Iconográficamente, resulta muy fácilmente identificable: normalmente se suele ver a los hebreos en la orilla y a salvo mientras el mar, enfurecido, engulle a todos los componentes del ejército del faraón. Moisés puede aparecer con el brazo extendido, como en otra obra que también Sotheby's, había subastado en enero de 2005 (escuela del norte de Europa, imagen inferior) y, en ocasiones, se le identifica perfectamente por los "cuernos" que se han convertido en su principal símbolo parlante.


Bibliografía: RÉAU, Louis, Iconografía de la Biblia. Antiguoi Testamento, Barcelona, Del Serbal, 1996, p. 232
Imágenes: Sotheby's.com

Otro "amor" de Zeus: el rapto de Europa

Europa era hija de los reyes fenicios Agenor y Telefasa, de Tiro. Zeus se enamoró de ella, y envió a Hermes para que condujera el ganado de Agenor hasta la costa, donde ella solía pasear junto a sus compañeras. El Padre de los Dioses se unió al rebaño, disfrazado de toro blanco para atraer la atención de Europa. Ella, al ver que el toro era manso, comenzó a jugar con él, adornándole el cuello y los cuernos con guirnaldas de flores, y acabó sentándose en su lomo. Entonces, el toro empezó a caminar hacia la orilla del mar, metiéndose mar adentro con Europa sobre su lomo. Al llegar a la isla de Creta, salió del agua y allí se transformó en águila y violó a Europa en un bosque de sauces. De esta unión, nacieron tres hijos: Minos, Radamantis y Sarpedón. Finalmente, Asterión, rey de Creta, se casó con ella y adoptó a sus hijos.
En el arte, la escena suele representar a Europa a lomos del toro blanco, a horcajadas, de lado o incluso recostada, con los adornos de flores que ella le ha puesto en los cuernos, o en ocasiones alrededor del cuello y tanto en tierra, -así lo hace Gustave Moreau (última imagen, Europa y el toro, 1869)-, como ya en el agua, mientras las jóvenes que acompañaban a Europa se agitan nerviosas en la orilla -visibles en la versión que hizo Tiziano hacia 1560 y que hoy se encuentra en el Museo Isabella Stewart Gardner de Boston (imagen superior)-. A pesar de esto, se pueden encontrar algunas representaciones de otros mitos, que dan lugar a confusión, como esta de Io y Júpiter, donde Io aparece transformada en vaca, de ahí la confusión: http://cuadrosparaunaexposicion.blogspot.com/2011/01/iconografia-clasica-subasta-jupiter-e.html
En la mayor parte de las representaciones del mito, Zeus aparece como un toro común, si bien de color blanco, mientras que en la pintura de Valentín Serov, realizada en 1910 (imagen central) es el tipo de toro que se puede encontrar en la iconografía de la civilización minoica: la cultura minoica es anterior a la helénica, desarrollada en la isla de Creta entre los años 3000 y 1400 a. C., y en ella se relaciona el palacio de Cnosos (el más representativo de esta civilización) con el palacio de rey Minos y el mito del minotauro. Así, Serov enlaza la cultura griega con su precursora por medio del toro minoico, lo que también se puede interpretar como un 'guiño' al origen de dicha civilización minoica, ya que Europa es la madre del rey Minos.




 Bibliografía: GRAVES, Robert, Los mitos griegos I, Londres, Cassell, 1968, pp. 212-216. Dirección URL: http://es.scribd.com/doc/5313460/Graves-Robert-Los-Mitos-Griegos-I
 
Imágenes:
http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Tizian_085.jpg
http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/5/52/El_rapto_de_Europa_de_Valentin_Serov.jpg
http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/e/ed/Moreau%2C_Europa_and_the_Bull.jpg

miércoles, 15 de febrero de 2012

¿Un escritor místico?

El pasado día 7 de febrero, la sala de subastas Segre ofrecía este lienzo (85 x 71 cm), catalogado como escuela italiana del XVII, a la venta. Aparecía bajo el título "Escritor místico", aunque yo creo que se puede ir más allá en su identificación. ¿Algún dato que aportar?

Imagen: http://www.subastassegre.es/productos/detalle/ESCUELA-ITALIANA-S-XVII-Subasta-77-34 http://www.subastassegre.es/productos/detalle/ESCUELA-ITALIANA-S-XVII-Subasta-77-34

sábado, 11 de febrero de 2012

Enamorado de sí mismo: el mito de Narciso

Tanto la mitología griega como la romana nos cuentan que Narciso era un hermoso y orgulloso joven de quien todas las jóvenes se enamoraban debido a su belleza, aunque él siempre acababa rechazándolas. Como castigo a su desdén, los dioses hicieron que se enamorase de su propio reflejo. Finalmente, tras su muerte, en aquel mismo lugar donde fallece, creció una flor que tomó su mismo nombre: el narciso.
En la versión griega (atribuida a Pausanias, geógrafo e historiador griego del siglo II a. C., que escribió la Descripción de Grecia), el joven Ameinias ama a Narciso, pero éste le rechaza. Narciso le hace entrega de una espada, para que se suicide con ella como prueba de amor. Ante la casa de aquel que lo había rechazado, Ameinias se da muerte al mismo tiempo que reza a la diosa de la venganza, Némesis, para que Narciso conozca también el dolor del amor no correspondido (en otras versiones, es Ártemis quien escucha los rezos de Ameinias). Un día, Narciso se enamora de su imagen reflejada en la superficie del agua de un estanque, e intenta seducirlo, sin percatarse de que es él mismo hasta que intenta besarlo. Al darse cuenta, Narciso entristece y atraviesa su cuerpo con su espada, convirtiéndose en una hermosa flor.
En la versión romana (atribuida a Ovidio, en su Metamorfosis, escrita en el siglo I a. C.), la ninfa Eco se enamora de Narciso, al que se hace hijo de la ninfa Liríope. Ésta consulta a un oráculo sobre el futuro de su hijo, quien contesta que Narciso viviría hasta una edad avanzada siempre que no se conociese a sí mismo. Un día, la ninfa Eco -condenada por la diosa Hera a repetir las últimas palabras que otros le dirigieran- siguió a Narciso mientras cazaba. Al escuchar sus pasos tras él, el joven preguntó quién estaba ahí, pero la ninfa no pudo más que repetir aquellas palabras que acababa de oír. Al final, Eco se mostró, yendo hacia Narciso para intentar abrazarle, pero éste la rechazó cruelmente, y se alejó dejándola sola. La ninfa quedó desconsolada, y se escondió en una cueva, donde se fue consumiendo hasta que sólo quedó su voz. Algún tiempo después, Narciso sintió sed y se acercó a un arroyo para beber, viendo su reflejo en el agua y enamorándose de él. Por miedo a dañar el reflejo, Narciso no se atrevió a moverse, incapaz de dejar de mirarlo. Al final, murió de sed mirando su reflejo, y en el lugar donde quedó su cuerpo muerto, creció la mencionada flor.
Existen otras versiones, donde otra joven rechazada reza a las diosas Némesis o Ártemis para que lo castigue. En ellas, Narciso es torturado en el Inframundo, siendo obligado a mirar un reflejo de sí mismo que no corresponde a su amor. En otra versión, Narciso está enamorado de su hermana melliza, y cuando ella muere, él se queda prendado de su propio reflejo porque le recuerda a su amada muerta. En cualquier caso, el final del joven es siempre el mismo: muere enamorado de sí mismo, y en el lugar de su muerte crece una hermosa flor blanca, llamada narciso en su memoria.

Habitualmente en el arte, el mito se representa en el momento que Narciso -que suele representarse como hermoso joven andrógino recostado en la orilla del arroyo, observa su reflejo en la superficie del agua, por lo que su identificación no suele revestir demasiada dificultad. (En la primera imagen, Narciso de Caravaggio, de 1545; Galería Nacional de Arte Antiguo, Roma. Y en la segunda imagen, Echo and Narcissus de John William Waterman, de 1903; Walker Art Gallery, Liverpool).

Bibliografía: GRAVES, Robert, Los mitos griegos I, Londres, Cassell, 1968, pp. 316-318. Dirección URL: http://es.scribd.com/doc/5313460/Graves-Robert-Los-Mitos-Griegos-I
http://es.wikipedia.org/wiki/Narciso_%28mitolog%C3%ADa%29

Imágenes:
http://www.taringa.net/posts/salud-bienestar/3082739/El-mito-de-NARCISO.html
http://amigosdelahistoriayelarte.blogspot.com/2009/01/el-mito-de-narciso.html

jueves, 9 de febrero de 2012

¿De qué obispo hablamos? San Nicolás de Bari

Este es el otro reto que nos faltaba por resolver, aunque, como siempre, las pistas que se habían ido dando no dejaban lugar a dudas sobre nuestro protagonista: san Nicolás.
Uno de los santos más populares durante la Edad Media, todavía hoy se mantiene entre los más conocidos a pesar de que su vida es más legendaria que real. Pertenece a la Iglesia griega y a la latina y se dice que nació en Asia Menor hacia 270, llegando su culto, junto a sus reliquias, hasta el sur de Italia. Fue obispo de Mira y, con la llegada del emperador Constantino, liberado de la prisión donde se le encarceló. Murió en 342.
Su santidad se reflejó desde su nacimiento, pues, por ejemplo, los viernes no mamaba de su nodriza por ser día de ayuno.
En cuanto a su iconografía, lo habitual es que aparezca con barba blanca y caracterizado como obispo, con mitra, capa pluvial y báculo, acompañado por elementos tomados de los dos episodios más conocidos de su leyenda, que son precisamente los que se ven aquí: por un lado, tres bolsas de oro o, lo que es más frecuente, tres bolas doradas o manzanas que tienen relación con aquellas tres bolsas que tiró el santo al interior de la casa de un noble arruinado que estaba a punto de hacer que sus hijas se prostituyeran (de esta manera, pudo dar el oro como dote y casarlas honrosamente). Las manzanas se empezaron a representar al confundir a este santo con Papá Noel, porque éstas se colocaban en los zapatos de los niños como regalo de Navidad. Por otro lado, los tres pequeños dentro de un barreño (en la imagen apenas se distingue, pero los niños salen de él. Perfectamente visible en el caso de la escultura del museo de Soignies (Bélgica -a la derecha-) son interpretados por Réau como una deformación de otro asunto relacionado con el santo.
Al parecer, hubo tres generales de un ejército condenados a muerte de manera injusta quienes, invocando al santo, lograron que éste se apareciera ante el prefecto y el emperador Constantino para defenderlos, logrando que fuesen liberados. De aquí, derivó una historia según la cual eran tres pequeños que, después de pedir hospitalidad a un carnicero, fueron descuartizados y puestos en un saladero por éste, y acabarían resucitando por intervención del santo. Réau explica que esta leyenda nació en Francia en el siglo XII al interpretar que los tres prisioneros eran niños dentro de una cuba porque sus cabezas emergían de una torre cortada por la mitad (pues los cautivos, durante la Edad Media, se representaban así). La imaginación popular hizo el resto.

Bibliografía: VORAGINE, Jacopo della, La Leyenda Dorada, t. I, Madrid, Alianza Forma, 1996, pp. 37-43; Louis RÉAU, Iconografía del arte cristiano. Iconografía de los santos. G-O, Barcelona, Del Serbal, 1997, pp. 428-442




miércoles, 8 de febrero de 2012

Nueva escena del Antiguo Testamento

Volvemos a plantear otra escena del Antiguo Testamento. En esta ocasión vemos también una gran multitud, pero la escena es mucho más dramática y siniestra que la última que vimos.
Creo que observar a los protagonistas nos puede dar una pista clave para descifrar de qué se trata...

sábado, 4 de febrero de 2012

Una escena bíblica muy concurrida: el regreso de los exploradores de Canán

Una de las últimas escenas propuestas es una estampa de Gustave Doré (1832-1883) inspirada en un episodio del Antiguo Testamento. En concreto, está narrada en: Núm. 13:26-27.
Se puede encontrar bajo títulos variados ("Emisarios de Canán con el racimo de la Tierra Prometida", o simplemente "Las uvas de la Tierra Prometida"), pero, en cualquier caso, lo que se cuenta es cómo, después de salir del Sinaí y estando en el desierto de Farán, Yavé se dirigió a Moisés indicándole que eligiera a un explorador de cada una de las tribus de Israel y los enviara a reconocer la tierra de Canán. Así lo hizo Moisés, indicándoles que debían observar cómo eran las ciudades y pobladores, así como el terreno, y que volvieran con algunos frutos de aquella tierra. Los enviados, llegados al valle de Escol, cortaron un sarmiento con racimos de uvas, que tuvo que ser transportado colgado de un palo por dos de ellos, así como granadas e higos. Después de cuarenta días, regresaron junto a su pueblo, y explicaron que volvían de una tierra en la que manaba leche y miel, aunque sus habitantes eran fuertes y sus ciudades amuralladas.


La representación habitual de este momento repite siempre a los dos personajes llevando un enorme racimo de uvas colgando de un palo. Puede que, como en la estampa de Doré, se nos narre su regreso, con toda la multitud agolpada frente a ello o también se les puede encontrar en pleno camino -lo que resulta más habitual-, con lo que se convierten en los únicos personajes ante un paisaje. Así lo hizo Nicolas Poussin (1594-1665), convirtiéndolo en motivo para representar el otoño en una serie dedicada a las cuatro estaciones (izquierda) destinada al duque de Richelieu (la serie se llevó a cabo en Roma entre 1660 y 1664).


Además de una evidente asociación con la eucaristía y Cristo (los simbolistas entendieron estas uvas como el cuerpo de Jesús en la cruz, porque Él es el racimo pisado cuya sangre llena el cáliz de la Iglesia-) para san Agustín, los dos portadores -Josué y Caleb- son los dos Testamentos: el primero, de espaldas al racimo místico, no ve lo que lleva, por lo que simboliza al pueblo judío, mientras que el otro serían los gentiles que se unen a Jesús, porque está mirando hacia el racimo; y según san Bernardo, el que va delante tendría relación con los profetas, que anteceden a Cristo, y el de detrás, a los apóstoles, que lo siguieron.




Bibliografía: RÉAU, Louis, Iconografía de la Biblia. Antiguo Testamento, Barcelona, Del Serbal, 1996, pp. 249-250. La Biblia (versión de Nácar y Colunga).