La obra es un fresco de Antonio González Velázquez localizado en la iglesia de la Santissima Trinitá degli Spagnoli en Roma, realizado en 1748.
La escena está tomada del Génesis (18:1-16), donde se narra que Abraham estaba sentado a la puerta de su tienda cuando aparecieron tres ángeles. Primero se prosterna ante ellos, que es justo el momento elegido por González Velázquez para, a continuación, lavarles los pies y, sentándolos a su mesa bajo una encina, les ofrece un becerro asado y tres panes de flor de harina (que se convertirían en atributo de Sara, la esposa de Abraham). Uno de los recién llegados anuncia que, a pesar de la avanzada edad de Sara, ésta tendría un hijo.
Como ocurre con el encuentro con Melquisedec, también esta escena ha dado lugar a dos interpretaciones diferentes: por un
lado, los tres ángeles son el símbolo de la Trinidad en el mundo bizantino mientras que en Occidente, este anuncio del nacimiento de Isaac prefigura al de la Virgen.
A partir de la Contrarreforma, el episodio se interpretó como representación de la tercera obra de misericordia (dar hospitalidad a los extranjeros) y, por su múltiple simbolismo, se siguió dando entre los artistas hasta el siglo XIX. La pintura de la derecha es obra de Giovanni Battista Tiépolo, realizada entre 1726 y 1729 para el Palacio Arzobispal de Udine.
La narración completa, con Sara escuchando detrás de una columna en la parte central, aparece en un tapiz de 1535, hoy en el Palacio Real de Madrid (abajo, izquierda).
Una curiosidad: durante la Edad Media en Constantinopla se mostraba a los peregrinos la mesa donde comieron los mensajeros angélicos.
Imágenes: ficonofue
Bibliografía: REAU, Louis, Iconografía de la Biblia. Antiguo Testamento, Barcelona, Ediciones del Serbal, 1996, pp. 161-163
Cada vez que abro tu blog aprendo algo nuevo. Esta escena no la conocía, aunque la verdad ando muy pez en el Antiguo Testamento, al margen de la iconografía más corriente.
ResponderEliminarEn el tapiz, los tres personajes tienen poca pinta de ángeles.
Saludos.
¡Hola Roberto!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario. Tienes toda la razón, los ángeles del tapiz tienen apariencia cristológica y no parecen para nada ángeles. Están más en consonancia con la idea de que estos tres seres representarían a la Trinidad.
Un saludo, Raquel
Según leí, además de los tres estaba Jehová. ¿No se le ha representado nunca?
ResponderEliminarJesús.
Nota: Llevo varios intentos de escribir sobre el nuevo reto y no hay manera.
Hola Jesús.
ResponderEliminarYo no me acuerdo de ninguna obra en la que aparezca, la verdad.
De todos modos, recuerda que los tres ángeles se interpretaron como símbolo de la Trinidad, así que ya estaría implícito.
Saludos, Raquel
Al hilo de esto, aunque yo en el post (y ya se ha instituido como un convencionalismo) hablo de ángeles, el texto bíblico no dice tres "ángeles" sino "varones" (de ahí los personajes del tapiz que hemos comentado). Y además, va intercalando frases como si se tratara unas veces de Yavé y otras de los tres visitantes, pero siempre en la misma figura. Lo único es que, para que se pueda entender y representar mejor, casi siempre se les representa con alas, como mensajeros de la divinidad que son.
ResponderEliminarPregunto: ¿has dejado de escribir?
EliminarHola
ResponderEliminarTe agradezco el interés. No he dejado de escribir, o no es mi intención, al menos. Llevo todo lo que llevamos de año bastante liada, y no tengo tiempo para el blog... Bien que lo siento, y espero poder retomarlo en breve.
Un saludo,
Raquel