La obra
que habíamos presentado aquí es otra tabla, en este caso de Jan Gossaert, llamado Mabuse (h. 1472-h. 1533), localizada en el Museo de Tournai (Bélgica), donde se le representa -como es habitual- con vestiduras episcopales, mitra y báculo, pues fue el séptimo arzobispo de Reims, y con la rueda con cinco cirios encendidos, su símbolo parlante. Podemos encontrar otra representación suya en el tríptico de la Piedad, del Maestro de la Leyenda
de santa Lucía, en el Museo Thyssen (h. 1475).
Su leyenda nos cuenta que fue arrojado al río Tíber y el papa tuvo la idea de lanzar al agua una rueda sobre la que ardían cinco cirios, que se detuvo en el lugar donde se encontraba el cuerpo inerte (al parecer, la rueda que permite encontrar los cuerpos de los ahogados es un tema recurrente en algunos lugares de Europa). Así, el santo fue retirado del río y el pontífice lo resucitó con sus plegarias. Por la anécdota del hallazgo de su cuerpo gracias a la rueda con velas, se le puede poner en relación con san Juan Nepomuceno, también arrojado al río (en su caso el Moldava) y cuyo cuerpo pudieron encontrar los habitantes de Praga gracias a cinco misteriosas estrellas o llamaradas, que lo rodearon (y que pasarían a formar parte de su nimbo, por el que se le identifica perfectamente). De hecho, ambos santos son invocados contra las inundaciones.
Sus reliquias fueron donadas en el siglo IX a la iglesia de Saint Anschaire de Corbie y transportadas a Brujas en 803, donde se localizaría el culto de este santo. Así, tanto la catedral como la diócesis de esta ciudad flamenca, quedaron bajo la advocación de san Donaciano.
Bibliografía: Louis RÉAU, Iconografía del arte cristiano. Iconografía de los santos A-F, Barcelona, Serbal, 1997, p. 405
Imágenes: wikipedia y: http://www.artsettravaux.com/mabuse/1515.htm
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.