Es una obra realizada en Amberes hacia 1525-1530 y representael arranque de un "Árbol de Jesé", es decir, la figura del propio Jesé. La escultura presenta, en la cabeza del personaje, la marca de las piezas realizadas en Amberes, una pequeña mano, que garantizaba la calidad de la obra.
La representación deriva de un texto del Libro de Isaías (2:1-3), en el que el profeta anuncia al pueblo de Israel, castigado por sus pecados: "Saldrá un brote del tronco de Isaí -Jesé- y una flor nacerá de sus raíces", lo que se ha interpretado como el anuncio del nacimiento de Cristo, y es bastante frecuente en los retablos de Amberes entre 1500 y 1550, en altares marianos o relacionados con la Pasión de Cristo. Aparece a partir del siglo XII y en los ejemplares tempranos se le representa tumbado, como en el alabastro inglés del siglo XV que se conserva en el mismo museo (a la izquierda), aunque debemos señalar que las representaciones de este asunto en alabastro no son habituales.
En un primer momento se utilizó como representación de la genealogía terrenal de Cristo, siendo adaptado a partir del siglo XIII para figurar la Inmaculada Concepción. Se representa como un árbol que brota del cuerpo dormido de Jesé, padre del rey David, mientras que sus ramas soportan los doce reyes de Israel que figuran en el Antiguo Testamento, alineados desde Jesé hasta llegar a la Virgen y Cristo. Se encuentran ejemplos desde el siglo XII y será durante el siglo XV cuando se haga presente un creciente lunar bajo los pies de la Virgen, aludiendo a la Purísima, vinculación que se hará definitiva a partir de finales de esta centuria. Hasta la Contrarreforma, el Árbol de Jesé fue uno de los símbolos preferidos para representar a la Inmaculada. Sin embargo, comprender la doctrina de la Inmaculada Concepción a partir del Árbol de Jesé resultaba bastante difícil, por lo que se prefirió para ello utilizar acontecimientos de los evangelios apócrifos, como el Abrazo ante la puerta dorada.
Bibliografía: Louis RÉAU, Iconografía del arte cristiano. Iconografía de la Biblia. Nuevo Testamento, Barcelona, Del Serbal, 1996, p. 135; Raquel SIGÜENZA, "Inmaculada Concepción. Imágenes delicadas que conquistan el mercado", Subastas Siglo XXI, nº 99, noviembre 2008, pp. 60-64
Imágenes: http
Bueno, parece que, a pesar de mi comentario un tanto críptico, esta vez acerté. Me refería al origen etimológico de la palabra “galimatías” por el embrollo que hay al principio del evangelio de S. Mateo, donde hace referencia a la genealogía de Jesús. Como bien se señala en el texto explicativo de Raquel, el árbol de Jesé se utilizó también para representar dicha genealogía.
ResponderEliminarEl tronco que aparece es lo que me dio la pista, aunque generalmente había visto a Jesé tumbado.
Jesús.
Jesús:
ResponderEliminarSí, tenías toda la razón. No me dio tiempo a contestar a tu comentario anterior, pero es que no había caído yo en el juego de palabras...
Saludos, Raquel