ATENCIÓN

Gracias a todos los que leyeron mi anterior aviso sobre las imágenes de san Juan Nepomuceno. Habéis sido muchos quienes me escribisteis para darme noticia de algún Nepomuceno que conocíais, y os lo agradezco de veras.

Ahora, siguiendo con otras investigaciones, estoy centrada en varios asuntos y quería volver a pedir vuestra colaboración: si alguien conoce cepillos limosneros con representaciones de santos y no le importa hacérmelo saber o mandarme una fotografía (raquelsiguenza@msn.com), lo agradeceré igualmente. También tengo interés en imágenes de ánimas (cuadros de ánimas, los mismos cepillos que mencionaba...)

¡Muchísimas gracias a todos por vuestra ayuda!

Iconografía oculta

Un apartado en el que todo el mundo puede participar. Cada semana os invito, a modo de juego, a descubrir qué se representa en una imagen. Podemos, entre todos, ir aportando pistas que, sin desvelar por completo el asunto, nos acerquen a la solución. Si tenéis interés por la iconografía, tanto cristiana como clásica, os animo a que enviéis vuestras opiniones. ¡Será divertido!





















lunes, 5 de diciembre de 2011

Un fragmento tallado: el árbol de Jesé

La semana pasada proponíamos esta talla, localizada en el Victoria & Albert de Londres.
Es una obra realizada en Amberes hacia 1525-1530 y representael arranque de un "Árbol de Jesé", es decir, la figura del propio Jesé. La escultura presenta, en la cabeza del personaje, la marca de las piezas realizadas en Amberes, una pequeña mano, que garantizaba la calidad de la obra.
La representación deriva de un texto del Libro de Isaías (2:1-3), en el que el profeta anuncia al pueblo de Israel, castigado por sus pecados: "Saldrá un brote del tronco de Isaí -Jesé- y una flor nacerá de sus raíces", lo que se ha interpretado como el anuncio del nacimiento de Cristo, y es bastante frecuente en los retablos de Amberes entre 1500 y 1550, en altares marianos o relacionados con la Pasión de Cristo. Aparece a partir del siglo XII y en los ejemplares tempranos se le representa tumbado, como en el alabastro inglés del siglo XV que se conserva en el mismo museo (a la izquierda), aunque debemos señalar que las representaciones de este asunto en alabastro no son habituales.




En un primer momento se utilizó como representación de la genealogía terrenal de Cristo, siendo adaptado a partir del siglo XIII para figurar la Inmaculada Concepción. Se representa como un árbol que brota del cuerpo dormido de Jesé, padre del rey David, mientras que sus ramas soportan los doce reyes de Israel que figuran en el Antiguo Testamento, alineados desde Jesé hasta llegar a la Virgen y Cristo. Se encuentran ejemplos desde el siglo XII y será durante el siglo XV cuando se haga presente un creciente lunar bajo los pies de la Virgen, aludiendo a la Purísima, vinculación que se hará definitiva a partir de finales de esta centuria. Hasta la Contrarreforma, el Árbol de Jesé fue uno de los símbolos preferidos para representar a la Inmaculada. Sin embargo, comprender la doctrina de la Inmaculada Concepción a partir del Árbol de Jesé resultaba bastante difícil, por lo que se prefirió para ello utilizar acontecimientos de los evangelios apócrifos, como el Abrazo ante la puerta dorada.


Bibliografía: Louis RÉAU, Iconografía del arte cristiano. Iconografía de la Biblia. Nuevo Testamento, Barcelona, Del Serbal, 1996, p. 135; Raquel SIGÜENZA, "Inmaculada Concepción. Imágenes delicadas que conquistan el mercado", Subastas Siglo XXI, nº 99, noviembre 2008, pp. 60-64


Imágenes: http


2 comentarios:

  1. Bueno, parece que, a pesar de mi comentario un tanto críptico, esta vez acerté. Me refería al origen etimológico de la palabra “galimatías” por el embrollo que hay al principio del evangelio de S. Mateo, donde hace referencia a la genealogía de Jesús. Como bien se señala en el texto explicativo de Raquel, el árbol de Jesé se utilizó también para representar dicha genealogía.
    El tronco que aparece es lo que me dio la pista, aunque generalmente había visto a Jesé tumbado.
    Jesús.

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  2. Jesús:

    Sí, tenías toda la razón. No me dio tiempo a contestar a tu comentario anterior, pero es que no había caído yo en el juego de palabras...

    Saludos, Raquel

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