Son alrededor de quinientos los objetos que, distribuidos en cuatro nuevas galerías, forman la colección Gilbert. En un primer espacio se reúnen las piezas de plata y objetos domésticos que comprenden los siglos XVI y XVII.
Un buen ejemplo de ellas es esta pareja de copas alemanas denominadas
Doppelpokale. De mano de Hanns Beutmüller, y fechadas hacia 1600, se caracterizan por su estructura para poder colocarlas una invertida, a modo de tapa, sobre la otra. Procedentes del sur de
Alemania, las primeras aparecieron en el siglo XV y solían encargarse como regalo de bodas. Al estar muy relacionadas con la tradición, mantuvieron formas y decoraciones góticas en épocas posteriores.
En la segunda sala se localiza la platería de las dos siguientes centurias, con una pareja de monumentales puertas de plata dorada procedentes de una iglesia monástica de Kiev y que, se cree, pudieron ser encargadas por Catalina la Grande. Junto a ellas también se exponen retratos en miniatura de los artistas más relevantes en este campo y que representan grandes nombres de la Historia, como George Washington.
Dentro de estas miniaturas se puede encontrar este esmalte sobre cobre de los hermanos Jean-Pierre o Ami Huaut, pieza datada hacia 1700-1715 y realizada en Suiza.
En ella se une la mitología con el erotismo, al representar al dios Júpiter, transformado en fauno, acercándose a Antíope, la hija del rey de Tebas, de la que estaba enamorado. Con unas medidas de 4,5 x 6,5 cm, probablemente se realizó como tapa para una caja de rapé o similar.
La tercera sala está destinada en exclusiva a la colección de cajas de oro con más de doscientas pequeñas piezas utilizadas como recipientes para transportar rapé o dulces que se convirtieron en signo de elegancia para los hombres y mujeres del siglo XVIII. Entre todas ellas sobresalen
cinco relacionadas con Federico el Grande de Prusia y una más que se decora con el retrato de Felipe V, encargo del monarca español como regalo para su esposa Isabel Farnesio. En la imagen, una cajita en oro con diamantes de origen probablemente ruso y fechada hacia 1768. Fue un regalo de la familia imperial rusa al doctor inglés Nathaniel Dimsdale, en agradecimiento por los servicios médicos prestados por él y su padre durante una epidemia en 1768. Y como colofón final, piedras duras y micromosaicos utilizados como placas ornamentales para cabinets, mesas, joyas o relojes, como el que, junto a una guarnición de dos jarrones, todo ello con paneles de micromosaico, regalara el papa Pío VII a Napoleón con motivo de la coronación de éste en 1804 o como esta magnífica mesa realizada por Michelangelo Barberi en 1845 para Francis Needham, conde de
Kilmorey, probablemente para recordar algún viaje a Italia y cuya tapa, que muestra diferentes monumentos de este país, se conoce como El hermoso cielo de Italia. Los micromosaicos, realizados con diminutas teselas en vidrio, fueron piezas muy buscadas por los viajeros del Grand Tour, alcanzando un gran éxito en los siglos XVIII y XIX.
Para esta ocasión, además, la belleza se une con el espíritu didáctico, pues el museo ha dispuesto tres puntos de audio y uno de vídeo que acercan al visitante a la figura de los Gilbert como coleccionistas y explican las cajitas de Federico el Grande y las puertas del monasterio de Kiev así como el proceso de producción de los mosaicos florentinos de piedras duras.
Una oportunidad única para escaparse y disfrutar de las mejores artes decorativas en Londres.
Imágenes tomadas de: http://www.vam.ac.uk y http://www.thegilbertfoundation.org/
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