Para esta semana he elegido un asunto mitológico, para que haya un poco de variedad. No sé si esta vez es un poco difícil. Por si acaso, os diré que yo tendría en cuenta la vaca del segundo término, que parece que "pasa por ahí", pero en realidad tiene protagonismo en la escena.
Espero vuestras pistas y, como dijimos, vamos a intentar entre todos llegar a la solución sin dar directamente el nombre.
¡Ánimo!
He entreado varias veces y nada. ¡¡¡¡una pista por compasión¡¡¡
ResponderEliminarTienes razón... Es un poco difícil, sobre todo porque no hay ni un sólo dato que nos indique que se trata de un mito y parece más una escena de género...
ResponderEliminarVale: el que aparece tocando esa especie de pífano es un dios que, en este caso, actúa como enviado de Zeus (Júpiter). Ovidio lo narra en sus Metamorfosis. Los personajes son tres: el dios "mensajero", la vaca (que no es una vaca en realidad) y el señor que, aunque está dormido, debería estar cuidando de la vaca... No sé si os estoy confundiendo más... Por otro lado, uno de los personajes tiene el mismo nombre que el constructor de la nave en la que ciertos héroes se fueron a buscar una piel, que es del mismo tipo que la misma que cuelga, aunque por otros motivos, del Toisón de oro. Espero que esté más claro ahora... :)
Un saludo, Raquel
Pero me despista el mensajero de Zeus que no porta ninguno de sus atributos, y es un niño.Y con que va a hacer lo que relata Ovidio, hizo al monstruo que tenía cien ojos y que nunca dormía del todo, porque, mientras 50 ojos estaban cerrados, los otros 50 estaban despiertos
ResponderEliminarDe nuevo, tienes razón. El único detalle que nos indica "algo" es que el mensajero lleva un instrumento musical con el que dormirá al vigilante de los cien ojos. Pero, efectivamente, vas por el camino correcto.
ResponderEliminarUn saludo, Raquel
¿No hay solución a este asunto enigmático?
ResponderEliminarCreo que con las pistas dadas hay bastante para desvelar la metamorfosis de Io...
Saludos.
Galván
Hola Galván!
ResponderEliminarya está publicada la entrada correspondiente. Perdonadme todos, pero de verdad que algunas veces no puedo dedicarle al blog el tiempo que a mí me gustaría dedicarle. La tesis no perdona.
espero que podáis comprenderlo!
Un saludo, Raquel