La semana pasada veíamos a estos dos personajes acompañados por ángeles músicos y con la Virgen en el fondo.
Es un lienzo localizado en el Museo Civico de Rieti, obra de Lattanzio Nicolli.
Se trata, como bien habíais ido apuntando, del rey David, a la izquierda, y santa Cecilia, a la derecha. En cuanto a la Virgen, la actitud es la misma de la Virgen de la Misericordia, con la capa abierta y los brazos extendidos hacia abajo, que normalmente acoge así a aquellos que se ponen bajo su protección.
En cuanto a santa Cecilia, según la tradición fue una mártir romana de origen noble que vivió durante el siglo III. Caracterizada por su castidad, llegó a convertir y bautizar a su esposo Valerio, convenciéndole para que no consumara el matrimonio, por lo que un ángel coronó a ambos con rosas y azucenas en la misma noche de bodas (de ahí la corona que aparece sobre la cabeza de la santa en esta obra). Los dos esposos serían torturados, junto con el hermano de Valerio, por orden del prefecto Almaquio por negarse a ofrecer sacrificios a los dioses. Ella fue sumergida primero en una caldera de agua hirviendo pero, saliendo ilesa, se la quiso decapitar. Después de que el verdugo lo intentara tres veces sin éxito y, dado que estaba prohibido dar un cuarto golpe, la santa anduvo vagando por la ciudad con el cuello sangrando
durante tres días, en los cuales tuvo tiempo de repartir sus bienes entre los pobres antes de morir. La obra más famosa que representa este momento último es la escultura de Stefano Maderno localizada en la iglesia de Santa Cecilia in Trastévere (Roma), que podemos ver en la imagen de la izquierda.
Su principal símbolo parlante, el órgano, se generaliza a partir del siglo XVI, y deriva de una mala interpretación del texto de su pasión, en el que se decía que el día de su boda, mientras sonaban los órganos, la santa cantaba en su interior a Dios pidiendo que mantuviera su cuerpo y su alma inmaculados. Una mala traducción de este texto hizo pensar que era ella misma quien tocaba este instrumento, lo que derivó en considerarla patrona de la música.
El rey David, por su parte, es un personaje del Antiguo Testamento, segundo rey de Israel, que protagoniza varias historias muy representadas en las artes plásticas, como su enfrentamiento con Goliat. La riqueza de su iconografía está justificada porque es prefiguración de Cristo y, al mismo tiempo, su antepasado directo, pues es hijo de Jesé. Considerado también poeta y músico, se le atribuye la creación del Libro de los Salmos, lo que le convirtió en patrón de músicos y cantores. Como figura aislada, se le reconoce por aparecer barbado y coronado, vistiendo ropajes regios y tocando el arpa, la lira o el salterio, y así es como se le distingue también entre los demás reyes que pueblan los árboles de Jesé.
Fuente: REAU, Louis, Iconografía del Arte Cristiano. Iconografía de la Biblia. Antiguo Testamento, Barcelona, Del Serbal, 1996, pp. 300-301. CARMONA MUELA, Juan, Iconografía de los santos, Madrid, Istmo, 2008
Imágenes: ficonofue.com y http://es.wikipedia.org/wiki/Stefano_Maderno
Iconografía oculta
Un apartado en el que todo el mundo puede participar. Cada semana os invito, a modo de juego, a descubrir qué se representa en una imagen. Podemos, entre todos, ir aportando pistas que, sin desvelar por completo el asunto, nos acerquen a la solución. Si tenéis interés por la iconografía, tanto cristiana como clásica, os animo a que enviéis vuestras opiniones. ¡Será divertido!
domingo, 19 de diciembre de 2010
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