Retomando a la última "iconografía oculta" propuesta, hay que decir que la imagen, un lienzo que se vendía en Sotheby's Ámsterdam en octubre de 2006 por 2.160 €, responde a un culto de origen centroeuropeo, como es el de los catorce santos intercesores.
La devoción a este grupo de santos nace en el siglo XIV, en el convento de los dominicos de Ratisbona y se difundió a Franconia gracias a la visión que el pastor Hermann Leicht tuvo cerca del monasterio cisterciense de Bad Staffelstein (próximo a Bamberg). Se le apareció el Niño Jesús con una cruz roja en el pecho, rodeado por catorce niños desnudos en el lugar donde después se levantaría una iglesia bajo esta advocación. Ése es el origen de la actual basílica de Vierzehnheiligen, en la Alta Franconia.
Respecto a los catorce santos -que los veremos individualmente-, se representan en su edad adulta y con los atributos que los caracterizan. Lo habitual es que aparezcan los siguientes: Acacio, Blas, Ciríaco, Cristóbal, Dionisio, Erasmo, Eustaquio, Gil, Jorge, Pantaleón y Vito, junto con las santas Bárbara, Catalina de Alejandría y Margarita de Alejandría. A veces algunos son reemplazados por patrones locales u otros santos (con cierta frecuencia por santos invocados contra la peste como Sebastián o Roque). En cualquier caso, casi todos ellos son curadores con una determinada especialidad, entre los que destacan los que sirven de ayuda a la hora de la muerte, como santa Bárbara o san Gil, que garantiza una buena confesión.
El culto se difundió por Alemania, Hungría y Suecia, donde alcanzó un gran éxito durante el XV, para decaer en el siguiente siglo y recuperarse en el XVIII.
En la obra que nos ocupa nos encontramos con (de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo en la imagen):
Santa Margarita de Alejandría (con un dragón) y santa Catalina de Alejandría (con la espada y la rueda de su martirio) flanqueando a la Virgen, en el siguiente registro: san Cristóbal (portando al Niño Jesús sobre sus hombros), santa Apolonia (con unas tenazas que sujetan una muela), santa Bárbara (con la torre y un cáliz) y san Dionisio (con la cabeza entre sus manos); después san Jorge (con lanza y dragón), san Acacio (aunque no se observa la rama de acacia que lo suele identificar, su atuendo, de romano, parece confirmar que se trata de él), en el centro san Vito (dentro de una olla), san Gil abad (con una cierva) y, finalmente, los obispos Erasmo (con un cabrestante en el que se enrollan sus intestinos) y Blas (con un cirio encendido), y, a la derecha san Ciríaco (con libro) y san Eustaquio (con un ciervo en cuyas astas se observa un crucifijo).
En ocasiones, se les une la Virgen, como María Auxiliadora. En esta ocasión, además, en lugar de san Pantaleón, aparece santa Apolonia.
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