En esta obra se pueden ver varios pasaje de su vida que iremos viendo más despacio, pero en principio, podemos hablar de quién es él.
Esta vez es más sencillo que la semana pasada, así que... ¡mucho ánimo!
Una invitación para acercarse al mundo apasionante de la iconografía. Pero también algunas curiosidades relativas al mercado del arte. La posibilidad de unir estos ámbitos en un único espacio y disfrutar de ellos a la vez. Todo eso y mucho más en este rincón para y por el arte. No importa cuál sea tu razón para estar aquí: gracias y bienvenido.
Después de caer en varios pozos, como en la penalización del juego de la oca, parece que ya di con la solución. Primero pensé en un personaje célebre del que ya hemos hablado no hace mucho, y a quien su padre bendijo mediante engaño; aunque Dios se le apareció, y conoció a la que era su pariente y sería su mujer junto a un pozo, no parece cuadrar demasiado con lo que se observa en el cuadro, según el relato del Génesis.
ResponderEliminarUn cambio de libro nos hace llegar a un personaje considerado prefiguración de Cristo que da nombre en nuestro idioma a un objeto que algunas de las madres de los que tenemos cierta edad utilizó con nosotros en nuestros primeros meses. A diferencia de la corona que lucen los santos, se le representa a veces con dos prominencias características que, según he leído, provienen de la traducción de la Vulgata.
La escena del pozo, en la que él llena un abrevadero, está narrada en ese libro, aunque no es tampoco una buena pista: Si de acuerdo con el relato del personaje anterior sobraba una, para éste faltan unas cuantas más. No obstante, las vestimentas un tanto vaporosas y los cabellos de las dos representadas pueden dar una idea del autor de este fresco*.
Quizá la escena central superior, donde aparece atareado con sus sandalias, y que está relacionada con esa “aparición” o teofanía que hay a su izquierda, ayude más a su interpretación y localización.
Jesús.
* Evidentemente, al final lo encontré en la Red.
Hola Jesús:
ResponderEliminarGracias por tantas ideas. Sí, las prominencias vienen de una mala traducción y, sí, la escena con las sandalias es, probablemente, la que más nos acerca al personaje en cuestión.
Un abrazo, Raquel
Gracias, Jesús por tu comentario. A los dos segundos estaba en la Web Art Gallery donde se ve este fresco estupendamente. Osea, que no puedo añadir nada más a no ser que a mi también me mecieron con uno...........
ResponderEliminarLo de las prominencias recuerdo perfectamente como nos lo explicó Raquel en clase.
Sólo señalar que me llama la atención la representación del personaje bastante más joven de lo habitual ¿no?
Un saludo. Gema
Gema:
ResponderEliminar¿Dos segundos? ¡Podrías haber dado alguna pista y así me hubiese ahorrado la lectura de una buena parte del Pentateuco! Mira que si tengo que llegar hasta el Eclesiástico…Fuera de bromas, busqué el cuadro después de sospechar quién era el personaje, tras varias horas de búsqueda y lectura. En cuanto a la juventud que señalas, es cierto, aunque no sería muy mayor cuando protagonizó la escena representada abajo a la derecha.
De las prominencias te cuento que me llamaban la atención de pequeño cuando un tío cura nos regaló una pequeña reproducción de la famosa obra de Miguel Ángel. Tardé muchos años en saber algo más al respecto ya que no tuve la suerte que tú has tenido de recibir la explicación de Raquel.
Un saludo.
Jesús.