Los dioses del panteón clásico: Afrodita

En la mitología griega, Afrodita es la diosa del amor, la lujuria, la belleza y la reproducción. Es de destacar que no se trata del amor romántico, sino de la atracción sexual. Su equivalente en la mitología romana es Venus.

Cuando Crono castró a su padre, lanzó sus genitales al mar, donde, al contacto con la espuma del agua nació Afrodita, ya completamente adulta y deseable.
Se casó con Hefesto, y es una de las pocas deidades griegas realmente casadas, aunque de nada sirvió, ya que le fue infiel en múltiples ocasiones. Su amante favorito fue Ares, dios de la guerra, a quien dio cinco hijos (en otras versiones son sólo tres: Fobos, Deimos y Harmonía). También tuvo cuatro hijos con Hermes y otros dos con Dionisos, además de otras relaciones adúlteras con varios mortales.
Su esposo Hefesto se enteró de la relación que mantenía con Ares por medio de Helios, el sol que todo lo ve. Cuando Helios le contó lo sucedido, Hefesto planeó su venganza: fabricó una red mágica que ató a los postes de su cama, con la que atraparía a los amantes. Un día, Afrodita volvió a Tracia con su marido, y éste le dijo que iba a partir unos días a la isla de Lemnos. Cuando Hefesto se hubo marchado, Afrodita no tardó en llamar a Ares y se acostaron, pero al amaneceer despertaron envueltos en la red sin poder soltarse. Hefesto llamó a todos los dioses, para avergonzar a los amantes, aunque las diosas no acudieron por pudor. Una vez se reunieron allí los dioses, Hefesto pidió a Zeus que se le devolviera la dote que había dado al casarse con Afrodita, pero el padre de los dioses estaba tan disgustado que se negó a devolver la dote y a intervenir en un asunto de infidelidades. Así que Poseidón, que se había enamorado de Afrodita al verla desnuda y envuelta en la red, avaló a Ares, diciendo que se encargaría de que el dios de la guerra pagase la dote, comprometiéndose a pagarla él mismo y casarse con Afrodita si Ares no lo hacía. De esta manera, Hefesto liberó a los amantes, Ares volvió a Tracia y Afrodita fue a Pafos, a renovar su virginidad en el mar. Evidentemente, nadie pagó la dote de la boda, ya que Hefesto estaba muy contento de estar casado con Afrodita (recordemos que era un dios feo y cojo), y no pasaba por su cabeza separarse de su esposa, aunque le fuera infiel.

Las representaciones de Afrodita en el arte muestran a una hermosa joven, sensual, con larga cabellera, casi siempre desnuda mostrando sus atributos (en la imagen superior, Detalle de El nacimiento de Venus, William-Adolphe Bouguereau, 1879. Museo de Orsay, París). En la imagen central, aparece la que es posiblemente, la representación más conocida de Afrodita-Venus, El nacimiento de Venus, Sandro Botticelli, hacia 1485. Galería de los Uffizi, Florencia.