ATENCIÓN

Gracias a todos los que leyeron mi anterior aviso sobre las imágenes de san Juan Nepomuceno. Habéis sido muchos quienes me escribisteis para darme noticia de algún Nepomuceno que conocíais, y os lo agradezco de veras.

Ahora, siguiendo con otras investigaciones, estoy centrada en varios asuntos y quería volver a pedir vuestra colaboración: si alguien conoce cepillos limosneros con representaciones de santos y no le importa hacérmelo saber o mandarme una fotografía (raquelsiguenza@msn.com), lo agradeceré igualmente. También tengo interés en imágenes de ánimas (cuadros de ánimas, los mismos cepillos que mencionaba...)

¡Muchísimas gracias a todos por vuestra ayuda!

Iconografía oculta

Un apartado en el que todo el mundo puede participar. Cada semana os invito, a modo de juego, a descubrir qué se representa en una imagen. Podemos, entre todos, ir aportando pistas que, sin desvelar por completo el asunto, nos acerquen a la solución. Si tenéis interés por la iconografía, tanto cristiana como clásica, os animo a que enviéis vuestras opiniones. ¡Será divertido!





















lunes, 4 de junio de 2012

La promiscuidad de los dioses clásicos

A lo largo de varias entradas hemos estado hablando de los dioses grecolatinos, y en muchas ocasiones se ha podido comprobar que las relaciones entre ellos estaban lejos de ser las habituales para nosotros. En ellas son normales las infidelidades, las violaciones y el incesto. Esto ha servido como una gran fuente de inspiración para muchos artistas a lo largo de la historia, y así, en el arte también son normales las representaciones de estas relaciones tortuosas.
Uno de los dioses más infieles del panteón clásico es Zeus, quien a pesar de estar casado con su hermana Hera, no dudaba usar cualquier tipo de truco o engaño para seducir a otros. De hecho se le suponen 39 amantes en los mitos griegos, entre diosas, ninfas y mortales, incluyendo a otra de sus hermanas y un amante masculino. Muchas de estas infidelidades eran violaciones en realidad. En los llamados "raptos", Zeus se transforma en diferentes animales para conseguir su propósito. Pero ya se ha hablado de varios episodios amorosos de esta divinidad, y hay muchas otras muestras de promiscuidad entre los dioses grecorromanos.
Otra de estas deidades es Apolo, que llegó a tener hasta veinte amantes de ambos sexos. Una de las más conocidas (aunque realmente nunca llegó a serlo) es Dafne. En el mito se cuenta que Apolo pretendía ser mejor que Cupido lanzando flechas, y éste quiso vengarse de Apolo por su arrogancia; le lanzó una flecha de oro, que le causó un amor inmediato, y a Dafne le lanzó una flecha de plomo, que provocaba rechazo. Un día Apolo vio a Dafne y se enamoró perdidamente de ella, pero Dafne huyó. Después de una larga persecución, agotada y viéndose alcanzada por el dios, pidió ayuda a su padre, el río Peneo, que la convirtió en un laurel. Desde entonces, el laurel está consagrado a Apolo (en la imagen, el momento de la transformación, Apolo y Dafne, Jakob Auer, 1690, Museo de Bellas Artes, Viena).
También Hermes, el mensajero de los dioses, participaba de la promiscuidad. Tuvo once amantes, incluida la diosa del deseo sexual, Afrodita. Ésta, a su vez, era esposa de Hefesto, aunque le era infiel sistemáticamente con Ares (de hecho le dio seis hijos), y además tenía otros seis compañeros más, entre ellos Dioniso y cinco mortales más.
Las ninfas son otro ejemplo, ya que mantenían relaciones con hombres y mujeres a voluntad.
Algunos de los héroes más célebres también participaban de la promiscuidad. Heracles, el más grande de todos los héroes griegos y paradigma de la virilidad, tuvo gran cantidad de concubinas que le dieron muchos hijos; durante su estancia en el palacio del rey Tespio con motivo de la cacería del león de Citerón, el rey le animó a compartir lecho con sus cincuenta hijas. Heracles aceptó, y durante cincuenta noches se acostó con las cincuenta hermanas, una por noche (algunas versiones cuentan que fue a lo largo de siete noches, o incluso en una sola sola noche), dejándolas encintas a todas, y naciendo todos varones. Éstos, y los hijos de éstos fueron conocidos más adelante como los heráclidas. Además, según Plutarco, los amantes masculinos que tuvo Heracles fueron tan numerosos que era imposible contarlos -junto a estas líneas, una representación de Heracles junto a Eros y Yolao, uno de sus amantes masculinos (pie de un cofre ritual, la cista Ficoroni, siglo IV a.C. Museo de la Villa Giulia, Roma)-.

Pero no todo era depravación en el Olimpo, de hecho algunas de las diosas más importantes del panteón, como Atenea, Artemisa o Hestia, decidieron permanecer vírgenes. Incluso Atenea llegó a tener que defenderse de Hefesto cuando éste intentó violarla en una ocasión (como se puede leer aquí http://cuadrosparaunaexposicion.blogspot.com.es/2012/04/los-dioses-del-panteon-clasico-hefesto.html). Y para terminar, en una especie de 'redención', y después de ser atrapada en la cama con Ares bajo una red mágica fabricada por su esposo Hefesto, Afrodita fue a Pafos a renovar su virginidad en el mar.


Imágenes:
http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Jakob_Auer_001.jpg
http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Heracles,_Iolaus_and_Eros_-_Cista_Ficoroni_foot.jpg?uselang=es

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