ATENCIÓN

Gracias a todos los que leyeron mi anterior aviso sobre las imágenes de san Juan Nepomuceno. Habéis sido muchos quienes me escribisteis para darme noticia de algún Nepomuceno que conocíais, y os lo agradezco de veras.

Ahora, siguiendo con otras investigaciones, estoy centrada en varios asuntos y quería volver a pedir vuestra colaboración: si alguien conoce cepillos limosneros con representaciones de santos y no le importa hacérmelo saber o mandarme una fotografía (raquelsiguenza@msn.com), lo agradeceré igualmente. También tengo interés en imágenes de ánimas (cuadros de ánimas, los mismos cepillos que mencionaba...)

¡Muchísimas gracias a todos por vuestra ayuda!

Iconografía oculta

Un apartado en el que todo el mundo puede participar. Cada semana os invito, a modo de juego, a descubrir qué se representa en una imagen. Podemos, entre todos, ir aportando pistas que, sin desvelar por completo el asunto, nos acerquen a la solución. Si tenéis interés por la iconografía, tanto cristiana como clásica, os animo a que enviéis vuestras opiniones. ¡Será divertido!





















lunes, 30 de enero de 2012

¿De qué obispo hablamos?

El pasado día 24 de enero, la sala de subastas Durán sacaba a pujas ese óleo sobre lienzo. La catalogación decía lo siguiente: Lote 2. Escuela española s. XVII. "Obispo acompañado de amorcillo". O/L. 84 x 63 cm. Lienzo con corte y pintura saltada. Lleva libro con manzanas encima, tiara y báculo.

Pienso que no es demasiado difícil averiguar de qué obispo se trata, ¿alguna idea?

domingo, 29 de enero de 2012

Una escena bíblica muy concurrida

Aquí tenemos una nueva -y multitudinaria- escena salida del Antiguo Testamento para la próxima semana.


Quizá no es demasiado representada, pero desde luego sí que es muy característica, y una vez conocida, no se escapa de qué asunto se trata cuando se vuelve a ver, así que ¡mucho ánimo con vuestras pesquisas!

Una vidriera del siglo XVI: Moisés rompe las Tablas de la Ley

De nuevo, una pieza procedente del museo Victoria & Albert de Londres.

Se trata de una vidriera datada entre 1522y 1526, aproximadamente, y parece probable que fuese realizada en los talleres de Everhard Rensig o Gerhard Remisch.

Procede del claustro del convento cisterciense de Mariawald, en Alemania, donde estuvo hasta 1802, aproximadamente. Después, y hasta 1928, se instaló en una capilla en Hertfordshire y el 12 de julio de ese último año se vendió en Sotheby's, siendo adquirida por un coleccionista privado que después la donó al museo donde ahora se localiza.

Lo que representa en este caso es el momento en el que Moisés rompe las Tablas de la Ley.



Este asunto está narrado en: Ex. 32:19. La Biblia narra cómo Moisés había subido al monte Sinaí, donde recibiría las tablas de la Ley, escritas por la mano de Dios. Mientras tanto, los israelitas habían fabricado un becerro de oro al que adorar, con los pendientes y joyas que había recogido Aarón de los allí reunidos, y cuando Moisés baja de la cima y se encuentra el festejo, montando en cólera, rompe contra el suelo las tablas y destruye el animal, mezclando las cenizas resultantes con agua, que hizo beber al pueblo de Israel.


La vidriera muestra, por un lado, a Moisés al pie de la montaña en la actitud de lanzar las tablas al suelo y, por otro, a varios israelitas danzando alrededor de la columna en la que se levanta el becerro.

Otros artistas, como Gustave Doré (1832-1883) representaron este mismo asunto. En el caso de la estampa de este artista (derecha), está plasmado con una gran intensidad dramática, con el protagonista levantando las tablas sobre su cabeza mientras varios personajes se arrojan a sus pies en actitud de súplica.

Bibliografía: RÉAU, Luis, Iconografía de la Biblia. Antiguo Testamento, Barcelona, Del Serbal, 1996, pp. 242-244

lunes, 23 de enero de 2012

Un santo con niño: san Isidro

La pieza que habíamos propuesto como penúltimo reto, esta talla que saliera en Balclis a la venta identificada como san José, nos presenta en realidad a san Isidro Labrador.
Nacido en Castilla hacia 1070, murió en 1130, y su vida y milagros fueron narrados a finales del siglo XIII por Juan Diácono.
Según parece, uno de sus primeros trabajos fue como pocero, casó con la que después sería santa María de la Cabeza y juntos tuvieron un hijo, llamado Illán.
En Madrid estuvo trabajando, ya como labrador, al servicio de Iván (o Juan) de Vargas, y una de las partes más conocidas de su leyenda narra cómo fue denunciado por unos compañeros ante su patrón, siendo acusado de holgazán porque se nunca faltaba a sus rezos en la iglesia. El señor de Vargas, decidido a comprobar si la acusación era cierta, acabó sorprendido al ver que, mientras el santo cumplía con sus obligaciones cristianas, orando en los campos, los bueyes solos (o dirigidos por un ángel), araban para no desperdiciar el tiempo que el santo necesitaba para sus rezos.
Por eso se le representa como labrador, siendo usual que aparezca con sayo abotonado, calzones hasta media pierna y botas. Como instrumentos de labranza, suele llevar una aguijada, una pala, azadón o una gavilla de trigo. Con frecuencia, aparecen los bueyes labrando detrás de él y, en cuanto a los milagros más representados, además del mencionado, se puede localizar algún que otro ejemplo del conocido como "milagro del pozo", que narra cómo su esposa y él se arrodillaron ante el pozo en el que cayó su hijo Illán, rogando por su salvación, lograda gracias a que las aguas subieron hasta la altura del brocal, llevando así al niño hasta sus padres.
El lienzo de José Conchillos pintado en 1771 y localizado en el Museo de los Orígenes (derecha), plasma el milagro de la fuente en primer plano, según el cual, el santo hizo que brotara agua del suelo con su aguijada cuando su amo le pidió, en un día de mucho calor, que le proporcionara un poco para beber. En el fondo se pueden observar un par de ángeles dirigiendo las yuntas de bueyes para que hagan el trabajo del santo y, a la izquierda, al santo observando a su esposa, conducida por un ángel, atravesando el río Jarama sobre su manto.

Bibliografía y referencias digitales: RÉAU, Louis, Icongrafía del arte cristiano. Iconografía de los santos. G-O, Barcelona, Del Serbal, pp. 130-132; http://www.memoriademadrid.es/buscador.php?accion=VerFicha&id=19485; RODRÍGUEZ PEDRAZA, Gema, "San Isidro labrador y su esposa santa María de la Cabeza, Mariano Salvador Maella", Pieza del mes, mayo 2011. Museo del Romanticismo [en línea]. Dirección URL: http://museoromanticismo.mcu.es/web/archivos/documentos/mayo_san_isidro.pdf

viernes, 13 de enero de 2012

Una vidriera del siglo XVI

Esta semana tenemos una vidriera. Creo que el asunto iconográfico está bastante claro, así que será fácil dar ideas sobre lo que se representa.

sábado, 7 de enero de 2012

Una escena tallada para identificar: la leyenda de san Jorge


Continuamos resolviendo los retos que teníamos pendientes del año pasado.

En este caso, nos encontramos con otra obra del Victoria and Albert (uno de mis museos preferidos, por cierto, cuyos fondos guardan piezas exquisitas perfectamente accesibles a través de su excelente página Web). La talla, realizada en Flandes hacia 1520, presenta cuatro momentos de la leyenda de san Jorge. Según ésta, el santo procedía de Capadocia y era en origen un oficial romano que salvó una ciudad entera aterrorizada por un dragón.
Los habitantes comenzaron ofreciendo ovejas al monstruo para calmar sus ataques y, cuando ya no quedaron más animales, tuvieron que recurrir a entregarle dos doncellas elegidas por sorteo. Precisamente el día que le había tocado a la hija del rey coincidió que san Jorge pasaba por alli, atravesando al dragón con su lanza y liberando a la princesa.

Según la Leyenda Dorada, sólo lo hirió, llevándolo atado por el cuello, como si de un perrillo se tratara, hasta el rey. En cualquier caso, el santo decidió repartir el dinero recibido como recompensa entre los pobres. Además, todos los habitantes de la ciudad se convirtieron al cristianismo.

A partir de ese momento es cuando se dan todas las torturas y muerte final: sufrió el suplicio del potro, se le intentó envenenar y, como santa Catalina, fue atado a una rueda erizada de espinas, entre otros suplicios. Finalmente, fue decapitado.

Lo más representado es la liberación de la princesa (asunto que ya los griegos habían desarrollado en el mito de Perseo y Andrómeda), que suele aparecer junto a un cordero, y se convirtió en el prototipo de caballero cristiano, siendo patrón de los jinetes, arqueros y ballesteros, e invocado para proteger a los caballos, así como contra las serpientes.

También, como en el anónimo tirolés del siglo XV subastado en Sotheby's, en julio de 2003, puede aparecer matando al dragón de pie, algo menos frecuente (izquierda, abajo).
Imágenes: http://collections.vam.ac.uk/search/?listing_type=imagetext&offset=0&limit=45&narrow=0&extrasearch=&q=Statuette+-+Scenes+from+the+Story+of+St+George&commit=Search&quality=0&objectnamesearch=&placesearch=&after=&after-adbc=AD&before=&before-adbc=AD&namesearch=&materialsearch=&mnsearch=&locationsearch=; Sotheby's.com

Bibliografía: RÉAU, Louis, Iconografía del arte cristiano. Iconografía de los santos. G-O, Barcelona, Del Serbal, 1997, pp. 153-162

viernes, 6 de enero de 2012

Un santo con niño: ¿san José?

Ha salido a subasta el pasado 20 de diciembre en Balclis con el lote número 507. Es un grupo en madera tallada y policromada y la sala lo había catalogado como escuela española de la segunda mitad del siglo XVIII, proponiendo la posibilidad de que se tratara de un san José con el Niño Jesús.




Lo propongo desde este rinconcito dedicado a la iconografía por si hay alguien que discrepe de esta identificación.





Una escena de Pasión: los desposorios místicos de santa Catalina de Siena y Cristo Varón de Dolores

Antes de nada: ¡Feliz Año 2012 a todos! Os deseo que este nuevo año sea una etapa muy especial en vuestras vidas.



Ahora, retomando los retos que habíamos dejado planteados desde hace ya bastante tiempo, empezaremos por esta imagen, algo compleja porque une varios asuntos iconográficos en una sola representación.


Se trata de una vidriera localizada en el museo Victoria & Albert de Londres.

Obra de origen suizo realizada hacia 1650, en ella aparece, por un lado, Cristo como "imago pietatis", imagen muy popular durante los siglos XIII y XIV -aunque perdió su popularidad después del XVI- en la que Jesús sale de su sepulcro mostrando las llagas y, al mismo tiempo, como "Varón de Dolores" según la frase tomada de Isaías (53:3): "Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como nos escondimos de él el rostro, fue menospreciado y no lo estimamos", y que se suele identificar por la corona de espinas y todos los instrumentos de la Pasión a su alrededor, como pueden ser los clavos, la esponja o incluso los dados de los soldados que se sortearon sus ropas.

Además, la escena incluye la figura de una santa vestida con el hábito dominico, lo que, junto con la frase de la filacteria ("Ego Sponsabo Te Michi in Fide"), ha hecho que se interprete como una alusión a los desposorios místicos de santa Catalina de Siena (h. 1347-1380). Esta santa vivió durante el siglo XIV, e hizo voto de castidad con siete años, rasurándose la cabeza porque su madre la quería casar. Con 16 años entró en la tercera orden de Santo Domingo y durante toda su vida se dedicó a curar enfermos. Según su leyenda, se obligó a chupar el pus de las heridas de las personas que atendía porque su olor le producía náuseas. Como recompensa ente esta acción, el propio Cristo se presentó ante ella, mostrándole su llaga del costado, que le permitió besar y luego la desposó místicamente, poniéndole un anillo en el dedo (asunto, este último, idéntico al de Catalina de Alejandría). No sufrió martirio, cosa que ella hubiera querido, y murió en Roma en 1380, siendo enterrada bajo el altar mayor de la iglesia dominica de Santa María Sopra Minerva, aunque su cabeza fue reclamada por Siena, su ciudad natal.

Iconográficamente se la identifica por el hábito blanco y negro dominico y lleva un lirio o un crucifijo. Además, en ocasiones puede aparecer con un corazón, porque Jesús le habría dado el suyo propio a cambio del de la santa, y con una corona de espinas, porque fue lo que eligió cuando Cristo le ofreció ésta o una de oro. Finalmente, como san Francisco de Asís, puede llevar los estigmas de la Pasión. El lienzo de Pompeo Batoni en el Museo de Villa Guinigi, Lucca, realizado en 1743 (derecha) presenta todos estos elementos.



RÉAU, Louis, Iconografía del arte cristiano. Iconografía de los santos, A-F, Barcelona, Del Serbal, 1997, pp. 284-289