ATENCIÓN

Gracias a todos los que leyeron mi anterior aviso sobre las imágenes de san Juan Nepomuceno. Habéis sido muchos quienes me escribisteis para darme noticia de algún Nepomuceno que conocíais, y os lo agradezco de veras.

Ahora, siguiendo con otras investigaciones, estoy centrada en varios asuntos y quería volver a pedir vuestra colaboración: si alguien conoce cepillos limosneros con representaciones de santos y no le importa hacérmelo saber o mandarme una fotografía (raquelsiguenza@msn.com), lo agradeceré igualmente. También tengo interés en imágenes de ánimas (cuadros de ánimas, los mismos cepillos que mencionaba...)

¡Muchísimas gracias a todos por vuestra ayuda!

Iconografía oculta

Un apartado en el que todo el mundo puede participar. Cada semana os invito, a modo de juego, a descubrir qué se representa en una imagen. Podemos, entre todos, ir aportando pistas que, sin desvelar por completo el asunto, nos acerquen a la solución. Si tenéis interés por la iconografía, tanto cristiana como clásica, os animo a que enviéis vuestras opiniones. ¡Será divertido!





















sábado, 11 de febrero de 2012

Enamorado de sí mismo: el mito de Narciso

Tanto la mitología griega como la romana nos cuentan que Narciso era un hermoso y orgulloso joven de quien todas las jóvenes se enamoraban debido a su belleza, aunque él siempre acababa rechazándolas. Como castigo a su desdén, los dioses hicieron que se enamorase de su propio reflejo. Finalmente, tras su muerte, en aquel mismo lugar donde fallece, creció una flor que tomó su mismo nombre: el narciso.
En la versión griega (atribuida a Pausanias, geógrafo e historiador griego del siglo II a. C., que escribió la Descripción de Grecia), el joven Ameinias ama a Narciso, pero éste le rechaza. Narciso le hace entrega de una espada, para que se suicide con ella como prueba de amor. Ante la casa de aquel que lo había rechazado, Ameinias se da muerte al mismo tiempo que reza a la diosa de la venganza, Némesis, para que Narciso conozca también el dolor del amor no correspondido (en otras versiones, es Ártemis quien escucha los rezos de Ameinias). Un día, Narciso se enamora de su imagen reflejada en la superficie del agua de un estanque, e intenta seducirlo, sin percatarse de que es él mismo hasta que intenta besarlo. Al darse cuenta, Narciso entristece y atraviesa su cuerpo con su espada, convirtiéndose en una hermosa flor.
En la versión romana (atribuida a Ovidio, en su Metamorfosis, escrita en el siglo I a. C.), la ninfa Eco se enamora de Narciso, al que se hace hijo de la ninfa Liríope. Ésta consulta a un oráculo sobre el futuro de su hijo, quien contesta que Narciso viviría hasta una edad avanzada siempre que no se conociese a sí mismo. Un día, la ninfa Eco -condenada por la diosa Hera a repetir las últimas palabras que otros le dirigieran- siguió a Narciso mientras cazaba. Al escuchar sus pasos tras él, el joven preguntó quién estaba ahí, pero la ninfa no pudo más que repetir aquellas palabras que acababa de oír. Al final, Eco se mostró, yendo hacia Narciso para intentar abrazarle, pero éste la rechazó cruelmente, y se alejó dejándola sola. La ninfa quedó desconsolada, y se escondió en una cueva, donde se fue consumiendo hasta que sólo quedó su voz. Algún tiempo después, Narciso sintió sed y se acercó a un arroyo para beber, viendo su reflejo en el agua y enamorándose de él. Por miedo a dañar el reflejo, Narciso no se atrevió a moverse, incapaz de dejar de mirarlo. Al final, murió de sed mirando su reflejo, y en el lugar donde quedó su cuerpo muerto, creció la mencionada flor.
Existen otras versiones, donde otra joven rechazada reza a las diosas Némesis o Ártemis para que lo castigue. En ellas, Narciso es torturado en el Inframundo, siendo obligado a mirar un reflejo de sí mismo que no corresponde a su amor. En otra versión, Narciso está enamorado de su hermana melliza, y cuando ella muere, él se queda prendado de su propio reflejo porque le recuerda a su amada muerta. En cualquier caso, el final del joven es siempre el mismo: muere enamorado de sí mismo, y en el lugar de su muerte crece una hermosa flor blanca, llamada narciso en su memoria.

Habitualmente en el arte, el mito se representa en el momento que Narciso -que suele representarse como hermoso joven andrógino recostado en la orilla del arroyo, observa su reflejo en la superficie del agua, por lo que su identificación no suele revestir demasiada dificultad. (En la primera imagen, Narciso de Caravaggio, de 1545; Galería Nacional de Arte Antiguo, Roma. Y en la segunda imagen, Echo and Narcissus de John William Waterman, de 1903; Walker Art Gallery, Liverpool).

Bibliografía: GRAVES, Robert, Los mitos griegos I, Londres, Cassell, 1968, pp. 316-318. Dirección URL: http://es.scribd.com/doc/5313460/Graves-Robert-Los-Mitos-Griegos-I
http://es.wikipedia.org/wiki/Narciso_%28mitolog%C3%ADa%29

Imágenes:
http://www.taringa.net/posts/salud-bienestar/3082739/El-mito-de-NARCISO.html
http://amigosdelahistoriayelarte.blogspot.com/2009/01/el-mito-de-narciso.html

1 comentario:

  1. EXELENTE COMPARACION DE LAS DISTINTAS VERSIONES DE ESTE MITO.....

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