ATENCIÓN

Gracias a todos los que leyeron mi anterior aviso sobre las imágenes de san Juan Nepomuceno. Habéis sido muchos quienes me escribisteis para darme noticia de algún Nepomuceno que conocíais, y os lo agradezco de veras.

Ahora, siguiendo con otras investigaciones, estoy centrada en varios asuntos y quería volver a pedir vuestra colaboración: si alguien conoce cepillos limosneros con representaciones de santos y no le importa hacérmelo saber o mandarme una fotografía (raquelsiguenza@msn.com), lo agradeceré igualmente. También tengo interés en imágenes de ánimas (cuadros de ánimas, los mismos cepillos que mencionaba...)

¡Muchísimas gracias a todos por vuestra ayuda!

Iconografía oculta

Un apartado en el que todo el mundo puede participar. Cada semana os invito, a modo de juego, a descubrir qué se representa en una imagen. Podemos, entre todos, ir aportando pistas que, sin desvelar por completo el asunto, nos acerquen a la solución. Si tenéis interés por la iconografía, tanto cristiana como clásica, os animo a que enviéis vuestras opiniones. ¡Será divertido!





















sábado, 4 de febrero de 2012

Una escena bíblica muy concurrida: el regreso de los exploradores de Canán

Una de las últimas escenas propuestas es una estampa de Gustave Doré (1832-1883) inspirada en un episodio del Antiguo Testamento. En concreto, está narrada en: Núm. 13:26-27.
Se puede encontrar bajo títulos variados ("Emisarios de Canán con el racimo de la Tierra Prometida", o simplemente "Las uvas de la Tierra Prometida"), pero, en cualquier caso, lo que se cuenta es cómo, después de salir del Sinaí y estando en el desierto de Farán, Yavé se dirigió a Moisés indicándole que eligiera a un explorador de cada una de las tribus de Israel y los enviara a reconocer la tierra de Canán. Así lo hizo Moisés, indicándoles que debían observar cómo eran las ciudades y pobladores, así como el terreno, y que volvieran con algunos frutos de aquella tierra. Los enviados, llegados al valle de Escol, cortaron un sarmiento con racimos de uvas, que tuvo que ser transportado colgado de un palo por dos de ellos, así como granadas e higos. Después de cuarenta días, regresaron junto a su pueblo, y explicaron que volvían de una tierra en la que manaba leche y miel, aunque sus habitantes eran fuertes y sus ciudades amuralladas.


La representación habitual de este momento repite siempre a los dos personajes llevando un enorme racimo de uvas colgando de un palo. Puede que, como en la estampa de Doré, se nos narre su regreso, con toda la multitud agolpada frente a ello o también se les puede encontrar en pleno camino -lo que resulta más habitual-, con lo que se convierten en los únicos personajes ante un paisaje. Así lo hizo Nicolas Poussin (1594-1665), convirtiéndolo en motivo para representar el otoño en una serie dedicada a las cuatro estaciones (izquierda) destinada al duque de Richelieu (la serie se llevó a cabo en Roma entre 1660 y 1664).


Además de una evidente asociación con la eucaristía y Cristo (los simbolistas entendieron estas uvas como el cuerpo de Jesús en la cruz, porque Él es el racimo pisado cuya sangre llena el cáliz de la Iglesia-) para san Agustín, los dos portadores -Josué y Caleb- son los dos Testamentos: el primero, de espaldas al racimo místico, no ve lo que lleva, por lo que simboliza al pueblo judío, mientras que el otro serían los gentiles que se unen a Jesús, porque está mirando hacia el racimo; y según san Bernardo, el que va delante tendría relación con los profetas, que anteceden a Cristo, y el de detrás, a los apóstoles, que lo siguieron.




Bibliografía: RÉAU, Louis, Iconografía de la Biblia. Antiguo Testamento, Barcelona, Del Serbal, 1996, pp. 249-250. La Biblia (versión de Nácar y Colunga).








2 comentarios:

  1. Me resultó curioso que, en mi búsqueda del pasaje, el caso de los “doce espías” estuviese también, además de en Números, y con más o menos detalle, en el Deuteronomio y en Josué. Sin embargo, es verdad que autores y protagonistas tienen mucha relación en los tres textos. Mi desconocimiento me había hecho pensar que eso sólo era habitual en los Evangelios.
    En cuanto al último párrafo de Raquel, me parece un excelente ejemplo de la Hermenéutica.
    Jesús.

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  2. ME LLAMA LA ATENCION, LOS PUNTOS DE VISTA DIFERENTES DE CADA ESPIA QUE FUE ENVIADO A RECONOCER LA TIERRA PROMETIDA, YA QUE EL INFORME DE AMBOS FUE EL MISMO...

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