ATENCIÓN

Gracias a todos los que leyeron mi anterior aviso sobre las imágenes de san Juan Nepomuceno. Habéis sido muchos quienes me escribisteis para darme noticia de algún Nepomuceno que conocíais, y os lo agradezco de veras.

Ahora, siguiendo con otras investigaciones, estoy centrada en varios asuntos y quería volver a pedir vuestra colaboración: si alguien conoce cepillos limosneros con representaciones de santos y no le importa hacérmelo saber o mandarme una fotografía (raquelsiguenza@msn.com), lo agradeceré igualmente. También tengo interés en imágenes de ánimas (cuadros de ánimas, los mismos cepillos que mencionaba...)

¡Muchísimas gracias a todos por vuestra ayuda!

Iconografía oculta

Un apartado en el que todo el mundo puede participar. Cada semana os invito, a modo de juego, a descubrir qué se representa en una imagen. Podemos, entre todos, ir aportando pistas que, sin desvelar por completo el asunto, nos acerquen a la solución. Si tenéis interés por la iconografía, tanto cristiana como clásica, os animo a que enviéis vuestras opiniones. ¡Será divertido!





















miércoles, 23 de diciembre de 2009

Zurbarán a subasta en Fernando Durán: San Antonio Abad

El día 16 de diciembre, la sala Fernando Durán sacaba a subasta un óleo sobre lienzo de Francisco Zurbarán (1598-1664) que representaba a san Antonio Abad y fue realizada entre 1640 y 1650, La obra, con unas medidas de 202 x 110 cm, partía de 600.000 euros, precio en el que se remató.
De origen egipcio, san Antonio Abad, también llamado san Antón, se retiró al desierto, donde sería tentado por el diablo en muy diversas formas (una de las representaciones más habituales de este santo es, precisamente, la de sus tentaciones). Según la tradición, murió con 105 años y fue enterrado en un lugar secreto por sus discípulos, aunque doscientos años después sería encontrado por revelación divina y su cuerpo se llevó a Alejandría y luego a Constantinopla. En el siglo X, un caballero francés se llevó las reliquias a Vienne, desde donde empezó a extenderse su culto, especialmente a partir de finales del XI, ciando se fundó la Orden Hospitalaria de San Antonio.
Se le representa como un anciano, con túnica blanca, escapulario, manto y capa con capucha marrón y sus atributos son el cerdo, que suele llevar una campanilla al cuello, dado que los monjes antoninos criaban estos animales, con cuya grasa trataban la enfermedad conocida como "fuego de san Antonio". Tenían en privilegio de circular libremente por la calle, siempre que estuvieran identificados mediante la mencionada campanilla. Además, lleva un libro indicando que conocía las Sagradas Escrituras por revelación divina, y su báculo suele rematar en forma de tau, que en este lienzo aparece suspendida en el cielo. A veces aparece un fuego (sostenido en una de sus manos o a sus pies, por ejemplo), que alude a su intercesión en esta enfermedad.

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