ATENCIÓN

Gracias a todos los que leyeron mi anterior aviso sobre las imágenes de san Juan Nepomuceno. Habéis sido muchos quienes me escribisteis para darme noticia de algún Nepomuceno que conocíais, y os lo agradezco de veras.

Ahora, siguiendo con otras investigaciones, estoy centrada en varios asuntos y quería volver a pedir vuestra colaboración: si alguien conoce cepillos limosneros con representaciones de santos y no le importa hacérmelo saber o mandarme una fotografía (raquelsiguenza@msn.com), lo agradeceré igualmente. También tengo interés en imágenes de ánimas (cuadros de ánimas, los mismos cepillos que mencionaba...)

¡Muchísimas gracias a todos por vuestra ayuda!

Iconografía oculta

Un apartado en el que todo el mundo puede participar. Cada semana os invito, a modo de juego, a descubrir qué se representa en una imagen. Podemos, entre todos, ir aportando pistas que, sin desvelar por completo el asunto, nos acerquen a la solución. Si tenéis interés por la iconografía, tanto cristiana como clásica, os animo a que enviéis vuestras opiniones. ¡Será divertido!





















viernes, 9 de abril de 2010

La crucifixión de san Andrés


Fue san Andrés el primero en seguir a Jesús. Hermano mayor de san Pedro y también pescador, en los Evangelios aparece dos veces, aunque su leyenda se enriquece gracias a textos apócrifos. Se supone que, tras la muerte de Cristo, fue designado para evangelizar Rusia.

Se le apareció un ángel, indicándole que debía visitar a san Mateo en Etiopía, y de forma milagrosa fue llevado hasta él. Se encontró con que le habían sacado los ojos, pero el Señor se los devolvió. Liberado Mateo, Andrés fue capturado y torturado, aunque logró sobrevivir.

Muchos son los milagros que se narran de este santo y, finalmente, se dice que en el Peloponeso fue azotado por orden del procónsul Egeas y, después, amarrado con cuerdas a una cruz en forma de X, se le dejó morir.


Será éste su atributo más popular, la cruz de san Andrés o cruz de Borgoña (a la derecha, la escultura de Duquesnoy para la basílica de San Pedro del Vaticano), llamada así porque en 1433, el duque Felipe el Bueno, habiendo recibido un fragmento de esta reliquia, la convirtió en la insignia de su orden del Toisón de Oro.

En las representaciones artísticas, la cruz en aspa no se adoptó hasta el siglo XV, aunque se encuentran algunos ejemplos desde el X, y se plasmaba frecuentemente como una cruz latina semejante a aquella en la que Jesús sufrió su tormento. Aunque en el siglo XVII ésta ya no era habitual, Caravaggio, en su lienzo del Museo de Cleveland (hacia 1607, imagen superior) la utiliza para reflejar el último momento del apóstol. Según la Leyenda Dorada, el santo estuvo dos días así, muriendo al tercero. Egeas, su verdugo, cuando vio a la población amotinada porque iba a ejecutar a un inocente, ordenó desatarle, pero ya era tarde: los sayones que intentan librarle de las cuerdas quedan paralizados al instante.


De todas las posibles escenas en que puede aparecer san Andrés, su crucifixión es la más habitual.


Fuentes: Voragine, Santiago de la, La Leyenda Dorada. Réau, Louis, Iconografía del arte cristiano, Iconografía de los santos (A-F)



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